LA CRESTA DE LA OLA. Prosa.
JUAN GARCÍA DE DIEGO
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Este libro, aunque habla de escalar, no es un libro sobre escalada. Se cuenta en él un viaje y los detalles de una vida, pero tampoco es un libro de viajes ni una biografía. Esta es la historia de una aventura, de una escalada solitaria que dio comienzo, allá al principio de los ochenta, en unos recreativos de barrio, continuó en la Pedriza durante los años noventa, y se cerró en el Valle Hunza, sobre el Lady Finger, en Pakistán, al inicio del dos mil. Tres décadas en las que partiendo de las travesuras más inocentes de la infancia y llegando hasta las decisiones más comprometidas de edad adulta, se narra la ascensión al Lady Finger, aguja granítica situada en el Karakorum más occidental, y se describe el sinuoso camino recorrido para llegar al momento culminante de una vida que da sentido a la existencia. Paralelos a la escalada y en apariencia absurdos y caóticos, se sucederán una serie de acontecimientos que, mágicamente y haciendo confluir la vida y el destino, explicarán los porqués de las decisiones tomadas y las razones de todo lo vivido.
GRACIAS CERVANTES. Sonetos de
JUAN GARCÍA DE DIEGO
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Este libro es un homenaje a Cervantes y, en concreto, a su Don Quijote. Este libro consta de 126 sonetos pues 126 capítulos son los que constituyen el cuerpo de las dos partes del Ingenioso Hidalgo Don Quijote de La Mancha. En él, en correspondencia capítulo / soneto se resumen las aventuras y experiencias de Don Quijote. La Obra que ahora tienes en tus manos surge a raíz de un viaje, de un sueño, de una obligación transformada en agradecido homenaje. De un viaje, porque el Quijote fue el libro que me acompañó durante más de cinco meses en mi primera experiencia en el subcontinente Indio. Corría el año 1996 y, a mi manera, pude experimentar en soledad a través de India todo lo que vivió el Caballero de la Mancha a través de la geografía española. De un sueño, porque después de ese primer viaje perdí parte de mi realidad, al menos aquella parte que los demás esperaban de mí, y empezaron a brotar en mi alma sueños que nunca imaginé poseer y, el Quijote, siempre acompañó mis aventuras dando igual si éstas se adentraban en selvas, en altas cimas, en desiertos, o entre los témpanos del Ártico. De una obligación, porque quise hacer mía la obligación que se impuso a sí mismo Jorge Luis Borges y leerme una vez al año Don Quijote de la Mancha… para confundirme con él, para cabalgar sobre Rocinante, para enlazar destino y horizonte para, en definitiva, seguir soñando. De ese viaje, de ese sueño, de esa obligación surge este modesto tributo a Don Miguel de Cervantes y a su inmortal Obra.
SONETOS VIAJEROS
JUAN GARCÍA DE DIEGO
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Tres años fue el tiempo que tardé en recorrer en bicicleta la distancia que separa Marruecos y Mongolia.
Pedaleando aprendí que la Vida no entiende de planes, que la existencia se improvisa, y que el destino le lleva a uno allá donde nunca imaginó.
En aquel viaje, entre muchas otras cosas, descubrí que es mejor no empeñarse en lo establecido o planificado, que es más agradable dejarse llevar y permitir que sea el camino el que improvise los pasos y las huellas.
Pocas fueron las veces en las que algo salió como lo había imaginado y, sin embargo, muchísimos fueron los días en los que agradecí mi Suerte y mi Fortuna por hallarme donde me encontraba… a pesar del cansancio, de la incertidumbre, de la distancia, de la soledad, del peligro, o de la incomunicación.
Viajando sin cámara fotográfica las imágenes, parte de mis sensaciones, se plasmaron en palabras, más concretamente en sonetos… y es que durante aquellos tres años viví en un estado de inspiración permanente difícilmente explicable.
Puedo medir el tiempo de mi viaje y la distancia pedaleada, pero ese tiempo y esa distancia son algo irreal, casi insignificante, en comparación con la dimensión de lo aprendido y experimentado en aquel viaje.
Cada soneto viene firmado con la fecha y con el lugar en donde fue escrito; y completa esta colección de sonetos viajeros un grupo de sonetos escritos en Madrid, ciudad en la que resido temporalmente, y Groenlandia, horizonte también de poderosas sensaciones en donde trabajo.
Juan García de Diego (1971) nació en Madrid. Es licenciado en Ciencias Físicas, especialidad Astrofísica, por la Universidad Complutense de Madrid (1997). Empezó a viajar a los 18 años e hizo de esta afición un modo de vida. Trotamundos vital y laboral ha trabajado como limpiacristales, instructor de Karate, o profesor de Física y Matemáticas. Actualmente es guía en Groenlandia. Fusionó la vocación viajera con la afición alpina, lo que le ha llevado desde los montañas más cercanas a su domicilio, Guadarrama, a las cordilleras más colosales del planeta.
De naturaleza inquieta acostumbra a viajar en bicicleta, y entre sus viajes más asombrosos destaca uno de tres años que le llevó desde Marruecos hasta el corazón de Mongolia. Este viaje inspiró una de sus Obras, «Sonetos Viajeros». Es adicto a Asia, a India en concreto, y un apasionado de la cultura árabe. Dice encontrar motivos de inspiración en cualquier momento y lugar, pero se decanta por los lugares solitarios y poco frecuentados, de difícil acceso y de arduo transitar.
Comenta que su única obligación al año es «leerse una vez al año el Quijote», libro que acostumbra a empezar el primero de enero de cada año. Fruto de esta obligación es la inspirada Obra «Gracias Cervantes».
Autor de libros en prosa de temática alpina, destaca por ser un hábil sonetista; habilidad que queda plasmada en las citadas obras y en otras tales como «Palabras para Dulcinea» y «Sonetos madrileños».
Le gusta decir que la «pluma es la lengua del alma» y que «el alma se alimenta de poesía». Otras Obras destacadas escritas en versos de arte menor, concretamente en cuartetas, son «Un mundo morado» y «La Poesía de Chispa».
Pocos autores son capaces de expresar en verso tal cantidad de sensaciones y emociones de la vida cotidiana.
Contacta a Juan García de Diego
Soy Rocinante <1amadablam5@gmail.com>
Admirado e inalcanzable sempai
Generoso que repartes tu poesía
A lo largo de tu vida, cada día
Compartir tiempo y tatami, nada hay
Que agradezca más según pasan los años
Que la Fortuna de haberte conocido
O el imitarte, que buen maestro has sido
En enseñarme que no importan los daños
Si de ellos obtienes la experiencia
Que no te aportará ninguna ciencia
Que no hay mayor riqueza que el amigo
Mi admiración de nuevo por maestro
Por tus sonetos, en que has sido tan diestro
Por compartir planeta y tiempo aquí, conmigo.
Que casualidad q la vida nos permitió conocernos y que asombro primero, admiración después y afecto a raudales de final, por valiente, por vivir con MAYÚSCULAS sin importarte las consecuencias, por el apego a todo lo q tiene alma, por el desapego a todo lo q no la tiene , por el afán de aprender hasta de las piedras, por «mirar» con tus ojos enjutos para descubrir, lo q sea, el caso es llenarte los bolsillos de vida, porque mucho equipaje nunca llevas, por eso todo lo eres y todo lo q tienes, lo llevas puesto…ja jaja j….Encantada de haberte conocido. Los sonetos del Quijote, me los tomaré con más calma, los cuadros preciosos, gracias por compartir esta experiencia.Hasta siempre.
Grandísimo Juanjo, puede que sea ya el único que te llame así….
…. «deep inside my heart….
…. Hay una promesa en el sonido….
…. für immer » ….
Queridísimo Pedro, y no sólo eres el único que me llama así, sigues siendo el único en muchas cosas que a pesar de mi silencio están presentes como las más importantes de otra vida. Un abrazo.
Grandisimo Juanjo, puede que aún sea el único que te llame así….
… » deep inside my heart…
… hay una promesa en el sonido…
… für immer …. »
Espero que nos volvamos a ver pronto
Abrazacooooos
Pit.